lunes, 5 de septiembre de 2011

Política ajena para los mexicanos

Ibáñez M. J. Hoe



En cuando a la cultura política de los mexicanos, si emitimos una calificación, podrianos decir que estamos reprobados. Así lo demuestran distintos estudios y evaluaciones llevadas a cabo por el IFE o la misma Secretaría de Gobernación. En general, la primera llamada de atención que arrojan las encuestas es que la Política resulta ajena para la mayoría de los mexicanos, lo cual es sumamente preocupante.

Según la Encuesta llevada a cabo por la Secretaría de Gobernación en el 2001, siete de cada diez personas, no habló en la semana previa a la entrevista de política con personas que no son de su familia. La misma fuente señala que 44 por ciento de la población no habla de política, y que cuando se conversa de política apenas una de cada cinco personas generalmente participa y da su opinión, pero también una de cada cinco personas deja de poner atención cuando comienza una discusión política.

Los datos que nos brinda la encuesta del IFE son complementarios y coincidentes: el 70 por ciento de los ciudadanos no tuvo la experiencia de hablar de política en su hogar cuando eran niños y en la actualidad el 41 por ciento, dos de cada cinco personas, continúan sin hablar de política en casa. A la pregunta de qué tanto se interesa por la política, el 21 por ciento, uno de cada cinco dice que “mucho”, el 48 por ciento que “poco” y el 17 por ciento declara que “nada”.

Desde luego que las encuestas arrojan cifras alarmantes que se traducen en que los mexicanos tienen un precario conocimiento acerca de sus derechos establecidos en la Constitución, el 60 por ciento, nos dice la Secretaría de Gobernación, conoce poco acerca de esos derechos y el 35 por ciento no conoce nada. En total, el 95 por ciento de las personas encuestadas dijo conocer poco o nada sus derechos constitucionales. Asimismo, sólo el 40 por ciento de la población identificó que es el Congreso de la Unión quien tiene la facultad de reformas a la Carta Magna, pero la segunda respuesta más frecuente, con un 29 por ciento de casos, identificó la atribución de cambios constitucionales en el Presidente, quien no la tiene.

El desinterés por la política y el desconocimiento de sus derechos fundamentales, tiende a debilitar el sistema democrático de cualquier sociedad. Una base ciudadana sin firmeza es sinónimo de una sociedad con instituciones débiles. Es importante y primordial que los ciudadanos se involucren en la política y conozcan sus derechos fundamentales, saber cómo funcionan las instituciones, el Estado, sus actores, los grandes problemas que afrontan y por supuesto, buscar propuestas y alternativas para su solución.

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