lunes, 19 de septiembre de 2011

La discriminación en México: una realidad que perdura

Noé Ibáñez Martínez

En otra ocasión hablábamos sobre la triste realidad de la discriminación que viven miles de mexicanos cotidianamente. También señalábamos que el Congreso de la Unión en el año 2001 reformó el primer artículo de la Constitución e incluyó el derecho a no ser discriminado; sin embargo, a 10 años de dicha reforma, la realidad no ha cambiado mucho.

Es cierto que se han realizado importantes esfuerzos contra la discriminación desde varios ámbitos como la promulgación en 2003 de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (lfped), y la creación en 2004 del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (conapred) como órgano del Estado mexicano responsable de velar por la protección, respeto, cumplimiento y promoción del derecho a la no discriminación y a la igualdad de oportunidades.

Precisamente el año pasado, se llevó a cabo la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (Enadis 2010) por el Conapred y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, cuyos resultados fueron publicados en abril de 2011. En la Encuesta se muestran datos importantes que permiten profundizar sobre quién y quienes discriminan, en qué ámbitos de la vida se presenta este problema con mayor frecuencia y los factores socioculturales que se le relacionan.

Por ejemplo —según la Encuesta—, seis de cada diez personas en nuestro país consideran que la riqueza es el factor que más divide a la sociedad, seguido por los partidos políticos y la educación. En contraste, la religión, la etnia y la gente que llega de afuera son los factores que se piensa que provocan menos divisiones.

También, seis de cada diez personas opinan que los niños deben tener los derechos que les da la ley, mientras que tres de cada diez consideran que deben tener los derechos que sus padres les quieran dar. Poco más de tres por ciento considera que los niños no tienen derechos porque son menos de edad.

La Encuesta también revela que cuatro de cada diez personas no estarían dispuestos a permitir que en su casa vivieran personas homosexuales. Y tres de cada diez afirman lo mismo en el caso de personas que viven con el VIH/sida.

Con respecto a la seguridad pública, una tercera parte de la población señala que lo que más les provoca ansiedad es ser víctima de un robo con violencia. Una cuarta parte afirma tener temor de la violencia generada por el narcotráfico. En cambio, dos de cada diez consideran que lo que más les provoca temor es ser víctima de un abuso de las fuerzas de seguridad pública.

Es importante hacer hincapié sobre la problemática que viven los jóvenes en México, y según sus percepciones reflejadas en la Encuesta, la falta de oportunidades de empleo y experiencia, son considerados como los principales problemas; seguidos de las adicciones, la inseguridad, la violencia y la delincuencia.

Por su parte, el Banco de México reveló apenas que las mujeres en México ganan 20 por ciento menos que los hombres, por lo que el problema ya no es sólo discriminatorio sino también perjudicial para la economía (La Jornada, 19/09/2011, p. 34).

Así podríamos seguir citando datos que nos revelan un conjunto de problemas de discriminación que abarcan todos los sectores de la sociedad. Pero también es importante conocer a fondo esta problemática para atacar con más eficiencia y lograr reducir los casos de discriminación en nuestro país y que se respete la diversidad sin que esto implique la negación o condicionamiento de los derechos para las personas.

martes, 6 de septiembre de 2011

La percepción de la cultura en Guerrero

Ibáñez M. J. Hoe


La riqueza cultural del Estado de Guerrero es uno de los acervos más grandes del país. Sus artesanías, gastronomías, tradiciones, costumbres, historias, arqueología, alfarerías, lenguaje, danzas, música, creencias, etcétera; son de reconocimiento internacional. Sin embargo, la gran mayoría de los guerrerenses poco conocemos o poco nos interesa la cultura de nuestro Estado.

Así lo demuestra la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumos Culturales, llevada a cabo por la Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) en el 2010, en donde consta que la percepción de la cultura en Guerrero está por debajo de la media nacional.

Esta fue una de las preguntas de la Encuesta: ¿qué tan interesado está por lo que pasa en la cultura o de las actividades culturales? El resultado fue que el 35.17 por ciento dijo estar poco interesado, el 33.84 por ciento dijo estar algo interesado, el 14.27 por ciento dijo estar nada interesado, y solamente el 8.76 por ciento de los entrevistados dijeron estar muy interesados. El 7.05 y 0.91 por ciento, dijeron no conocer y saber, respectivamente.

Otro de los cuestionamientos fue que mencionaran dos palabras que asociaran con  la palabra cultura y las diez respuestas más comunes fueron: música, arte, libros, danza, museo, artesanía, teatro, esculturas, cine y diversión. Mientras que las palabras menos comunes fueron: artistas, escritores, maestro, fiestas populares y ruinas.

Por estas razones, es importante atender el tema de la cultura en el estado. Que el nuevo gobierno que encabeza Ángel Aguirre promueva la difusión cultural y la creación de un sistema estatal de cultura, buscando la preservación de las culturas indígenas y populares; la integración armónica de las tradiciones e innovaciones, la promoción de condiciones que propicien la creación cultural y la producción y distribución equitativa de los bienes culturales.

Además, es importante impulsar la investigación y la difusión culturales; y la conservación de los documentos que constituyen la cultura del estado para integrar un sistema histórico general.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Política ajena para los mexicanos

Ibáñez M. J. Hoe



En cuando a la cultura política de los mexicanos, si emitimos una calificación, podrianos decir que estamos reprobados. Así lo demuestran distintos estudios y evaluaciones llevadas a cabo por el IFE o la misma Secretaría de Gobernación. En general, la primera llamada de atención que arrojan las encuestas es que la Política resulta ajena para la mayoría de los mexicanos, lo cual es sumamente preocupante.

Según la Encuesta llevada a cabo por la Secretaría de Gobernación en el 2001, siete de cada diez personas, no habló en la semana previa a la entrevista de política con personas que no son de su familia. La misma fuente señala que 44 por ciento de la población no habla de política, y que cuando se conversa de política apenas una de cada cinco personas generalmente participa y da su opinión, pero también una de cada cinco personas deja de poner atención cuando comienza una discusión política.

Los datos que nos brinda la encuesta del IFE son complementarios y coincidentes: el 70 por ciento de los ciudadanos no tuvo la experiencia de hablar de política en su hogar cuando eran niños y en la actualidad el 41 por ciento, dos de cada cinco personas, continúan sin hablar de política en casa. A la pregunta de qué tanto se interesa por la política, el 21 por ciento, uno de cada cinco dice que “mucho”, el 48 por ciento que “poco” y el 17 por ciento declara que “nada”.

Desde luego que las encuestas arrojan cifras alarmantes que se traducen en que los mexicanos tienen un precario conocimiento acerca de sus derechos establecidos en la Constitución, el 60 por ciento, nos dice la Secretaría de Gobernación, conoce poco acerca de esos derechos y el 35 por ciento no conoce nada. En total, el 95 por ciento de las personas encuestadas dijo conocer poco o nada sus derechos constitucionales. Asimismo, sólo el 40 por ciento de la población identificó que es el Congreso de la Unión quien tiene la facultad de reformas a la Carta Magna, pero la segunda respuesta más frecuente, con un 29 por ciento de casos, identificó la atribución de cambios constitucionales en el Presidente, quien no la tiene.

El desinterés por la política y el desconocimiento de sus derechos fundamentales, tiende a debilitar el sistema democrático de cualquier sociedad. Una base ciudadana sin firmeza es sinónimo de una sociedad con instituciones débiles. Es importante y primordial que los ciudadanos se involucren en la política y conozcan sus derechos fundamentales, saber cómo funcionan las instituciones, el Estado, sus actores, los grandes problemas que afrontan y por supuesto, buscar propuestas y alternativas para su solución.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Votar no es suficiente


Ibáñez M. J. Hoe

Todos tenemos fines que no podemos conseguir aisladamente. Algunos de ellos los podemos alcanzar cooperando con otros que comparten fines similares, lo que nos lleva a formar una asociación.

De esta manera, dicha asociación tendrá que organizar la forma en cómo conseguir sus objetivos comunes. La democracia es una vía para conseguirlos; pero, ¿qué es la democracia?

El término tiene un sinfín de interpretaciones; sin embargo, en este caso, es diseñar un conjunto de reglas y procedimientos, una constitución, que determinará cómo habrán de adoptarse las decisiones de la asociación. En su gobierno, todos los miembros deben considerarse como políticamente iguales.

Sin embargo, en un país como México donde los partidos políticos, el gobierno y las instituciones creen o quieren hacer creer que el voto es sinónimo de democracia, están desgraciadamente equivocados. La sociedad actual debe exigir mayor participación en la vida política. El voto no es suficiente para garantizar en plenitud el ejercicio de la democracia, por lo tanto, no se le puede llamar ni caracterizar de esta forma.

En una sociedad, donde se pretende ejercer la democracia es indispensable tomar en cuenta cinco criterios en el proceso de gobierno:

En primer lugar tenemos a una participación efectiva, en la que todos los miembros deben oportunidades iguales y efectivas para hacer que sus puntos de vista sobre cómo haya de ser la política sean conocidos por los otros miembros.

En segundo lugar tenemos la igualdad de voto, donde todo miembro debe tener una igual y efectiva oportunidad de votar, y todos los votos deben contar como iguales.

En tercer lugar tenemos una comprensión ilustrada, donde todo miembro debe tener oportunidades iguales y efectivas para instruirse sobre las políticas alternativas relevantes y sus consecuencias posibles.

En cuarto lugar tenemos un control de la agenda, donde los miembros deben tener la oportunidad exclusiva de decidir cómo y, si así lo eligen, qué asuntos deben ser incorporados a la agenda. Así el proceso democrático exigido por los tres criterios anteriores nunca se cierra.

Y, en quinto lugar tenemos la inclusión de los adultos, donde todos o, al menos, la mayoría de los adultos que son residentes permanentes, deben tener los plenos derechos de ciudadanía que están implícitos en los cuatro criterios anteriores.

Solamente así, con el cumplimento de estos principios básicos se puede presumir que en una cierta asociación o sociedad, se ejerce la democracia plenamente; y no a medias, como actualmente se ejerce en nuestro país con apenas el derecho al voto.

Los valores de la democracia

Ibáñez M. J. Hoe


Se acercan intensas campañas electorales para renovar el Congreso local y los ayuntamientos en el Estado de Guerrero. Los aspirantes ya se andan alistando y organizando sus candidaturas para lograr una curul en el Congreso local o como funcionarios municipales.

Gracias al sistema político-electoral y de competitividad que impera en nuestro país y en nuestro Estado de Guerrero, podemos decir que se está poniendo en práctica la democracia lograda durante un largo período de transición; específicamente, entre 1977 y 1997, donde México construyó un germinal sistema democrático.

Sin embargo, los procesos electorales y la práctica de la democracia conllevan valores primordiales que muchas veces son aislados por los actores políticos. En su obra, El cambio democrático y la educación cívica en México, José Woldenberg destaca los principales valores de la democracia para lograr una convivencia electoral pacífica.

Desde luego que las sociedades actuales son plurales y a partir de este hecho, Woldenberg parte para recorrer conceptualmente los valores que ponen en acto la construcción de un gobierno democrático. El pluralismo es, desde luego, la diversidad de intereses, concepciones, ideologías y puntos de vista. La tolerancia regula la fricción del pluralismo. La competencia regulada permite que individuos y agrupaciones puedan ejercer sus respectivos derechos a través de fórmulas civilizadas.

Los demás valores que conforman los principios de la democracia, según Woldenberg son: principio de mayoría, legalidad, derecho de minorías, igualdad, ciudadanía, soberanía popular, representación, revocabilidad de los mandatos, paz social, convivencia de la diversidad, participación, procesamiento de intereses diversos, inducción a la organización, gobernabilidad con apoyo ciudadano y derechos individuales.

Otro valor que no podemos pasar por alto es la ética, la cual caracteriza la conducta de los actores políticos en el proceso de democratización de la sociedad. Sin estos valores, que bien señala Woldenberg en su obra, estamos construyendo una democracia sin principio ni fututo; es decir, una democracia aparente y fantasmal.

Los actuales aspirantes a un cargo público en el Estado deberán tener presente estos valores para contribuir y seguir fortaleciendo la democracia y que demostremos que es una vía para lograr una convivencia social pacífica.