miércoles, 28 de noviembre de 2012

Othón Salazar Ramírez, una vida de lucha


Noé Ibáñez Martínez
Hace poco más de dos décadas, en las elecciones municipales de 1986, el municipio de Alcozauca ya marcaba una importante coyuntura político-electoral en la historia del estado de Guerrero. Ya dos periodos de administración del partido de oposición, auguraban que se consolidaba el proyecto de izquierda y que poco a poco, expandía su influencia electoral en los demás municipios y que la Montaña se estaba tiñendo de rojo.
Para ese año, el candidato a la alcaldía, el profesor Othón Salazar Ramírez, a pesar de una intensa campaña de desprestigio y trabas electorales por parte del partido oficial, ganó la presidencia municipal y tomó posesión en medio de una protesta por simpatizantes del Partido Revolucionario Institucional encabezados por el candidato priísta, Baltasar Villanueva Andrade.
En una tribuna improvisada en la calle Miguel Espinobarros, el 1 de enero de 1987, el secretario de Gobierno, Jesús Ramírez Guerrero acudió a dar posesión al alcalde electo, dirigiéndose al público: “el que este municipio por tercera vez sea ganado por un partido de izquierda, es también una muestra de institucionalidad, en el que se ha gobernado con profundo sentido social y alto contenido político”.
Por su parte, Othón Salazar señaló que: “con la toma del Palacio Municipal se quiso montar una guerra de pobres contra pobres, cuando ellos tienen mil cosas en común. En ello converge anhelo socialista de romper las cadenas de la vida trágica de los mixtecos. Me comprometo a promover la democracia directa con la participación de todas las comunidades y por delante va mi corazón de comunista para querer a mis semejantes. Aquí hay un verdadero movimiento de masas”.
Salazar nuevamente señaló: “aquí está conquistada la esperanza de romper todas las cadenas que oprimen social y económicamente a nuestros pueblos y, algún día, será nuestra generación, será la que viene, será quien sabe cual, pero un día mis hermanos de raza, mis hermanos mixtecos tendrán en su mesa alimentos que los nutran, tendrán en su cuerpo ropas que los cubran, tendrán médicos que los atiendan, tendrán escuelas que les abran los caminos de la formación profesional y el cultivo de la inteligencia”.
Era un día de fiesta, cientos de ciudadanos de Alcozauca y de comunidades pertenecientes a la cabecera, estuvieron presentes, tres bandas de música “chile frito”, no dejaban de tocas “las chilenas”. El entusiasmo se desbordó en las calles cercanas, cientos de hombres y mujeres salían de sus casas para escuchar y ser testigos del triunfo del Partido Socialista Unificado de México.
Entre tanto, los priístas derrotados, tenían reacciones muy diferentes frente al edificio de la presidencia municipal: los carteles y la propaganda impresa de su Partido eran quemados y con machetes y cal eran borrados los emblemas y leyendas del partido tricolor; de esa manera los priístas daban la espalda a su partido. Más tarde inició un baile a ritmo de «tamborazo», las chilenas y los sones mixtecos alegraron por varias horas”.
Los párrafos anteriores, constituyen un pequeño libro biográfico como homenaje a una vida de lucha por la defensa de los derechos de nuestros hermanos indígenas. A cuatro años de su fallecimiento, Othón Salazar regresará a su tierra natal convertido en historia este próximo 4 de diciembre; seguramente, en el evento estarán presentes familiares, amigos y camaradas; para rendirle un merecido homenaje y decirle que sus ideales siguen vivos.
Que el sueño que alguna vez llevó a Othón Salazar mantener viva la esperanza de una sociedad más justa y equitativa, más humana y con oportunidades para mejorar la calidad de vida, principalmente de los sectores más vulnerables y que continuamente eran violentado y aislados sus derechos fundamentales; lo llevó a entregar hasta el último día de su vida, con pasión y entrega, el de ser un soldado del pueblo.

viernes, 16 de noviembre de 2012

El camino de la izquierda


Noé Ibáñez Martínez

Las experiencias electorales del 2006 y 2012, en vez de fortalecer la izquierda mexicana, la sumergió en una profunda crisis política que apunta hacia un camino aún más gris para el 2018. La unificación y el nacimiento del Partido de la Revolución Democrática en 1989, llenó de esperanzas a miles de mexicanos; entre ex priístas, comunistas, socialistas, ex guerrilleros, luchadores sociales, intelectuales y demás personajes, que veían al nuevo partido como la puerta para la democratización y el progreso del país.

En sus primeros años, el partido jugó un papel muy importante que permitía concebir grandes cambios políticos y sociales; sin embargo, después de las elecciones de 1994, el oportunismo, la corrupción y la política clientelar; se adueñaron de él. En su interior, empezó a resentirse la dispersión, la falta de un rumbo claro, sobrevino un aflojamiento de la energía revolucionaria, la iniciativa política vino a menos y, lo peor, cobraron fuerza los pleitos internos a causa del sabor de los frutos conseguidos vía elecciones populares.

Que el PRD es, ciertamente, un partido situado “a la izquierda” del espectro político mexicano nadie lo duda, pero ya no es, ni puede ser considerado como un partido de la izquierda clásica (si es que el algún momento lo fue). Dejó en el camino la parte más viva y rica de su tradición compartida: la lucha por la emancipación política, social, económica e incluso cultural; como eje rector para el desarrollo nacional.

Cuando tantos hombres y mujeres, en algunos casos, sacrificaron sus vidas por un objetivo social, no fue la creencia en una doctrina científica o filosófica; fue una pasión y una esperanza: la indignación por la estupidez y las injusticias humanas, la urgencia por construir una sociedad fraterna. Según las épocas y las circunstancias históricas. La izquierda en política no es una ideología, una doctrina, es una elección de vida para la sociedad.

Un movimiento de izquierda no puede restringirse a los partidos, tiene que ser mucho más amplio. Tiene que abarcar a individuos y grupos de la sociedad que no quieren pertenecer a ningún partido. En suma, un movimiento amplio de izquierda tiene que intentar un camino contra la desigualdad patente en todo el país, en todas sus formas. Abrirles el paso a los jóvenes con una visión diferente, y que sean ellos los futuros líderes que busquen la unidad y recuperar los valores revolucionarios.

La fragmentación de la izquierda en el país, responde a intereses personales y pugnas entre sus dirigentes. La separación de López Obrador y MORENA del PRD, demuestra una vez más, la falta de un compromiso social y el respeto de ambos a los verdaderos principios revolucionarios. A casi un siglo de lucha de la izquierda en México, ésta no ha logrado concretar la convergencia de los movimientos hacia un fin común. Lograrlo, la izquierda en el país, encontraría su propio camino y la construcción de un proyecto común de nación.

jueves, 8 de noviembre de 2012

¿Fracasó Guerreros por la Alfabetización?


Noé Ibáñez Martínez

Desplegar una gran campaña alfabetizadora en la entidad, no es tarea fácil; y lo hemos comprobado a través de los años con los programas educativos para combatir este fenómeno. Hemos visto cómo la corrupción y la simulación, se adueñaron de ellos; manteniendo el índice de analfabetismo en la entidad como una de las más elevadas del país (16.7%).

Un Gobierno con una visión diferente decidió firmemente cambiar la historia de la alfabetización en el estado; con la meta de bajar el índice a la media nacional (6.9%); consciente de que erradicar resulta totalmente imposible en un periodo no más de 3 años que quedan de administración; es como si dijéramos que en tres años vamos a erradicar la pobreza, evidentemente utópico.

En el primer semestre de operación del Programa, varios factores (administrativos, financieros, de supervisión y descoordinación) impidieron la continuidad y pusieron en duda la credibilidad del mismo; el coordinador general de entonces, Sergio Tavira Román, fue acusado de corrupción y despilfarro de recursos, y finalmente, separado del cargo; dejando una enorme simulación del proceso alfabetizador y un descrédito generalizado del Programa entre alfabetizadores y adultos en atención.

El nuevo coordinador, Ricardo Castillo Barrientos, llegó al frente del programa para poner orden en los distintos rubros y reorientar las metas para una atención eficaz y congruente con la realidad social; proponiendo como meta, alcanzar la media nacional al término de la administración del gobernador Ángel Aguirre Rivero. Las acciones del nuevo coordinador, rápidamente repercutieron en el proceso. El trabajo se enfocó en la coordinación interinstitucional con las diferentes instancias alfabetizadoras.

Además, involucró distintos sectores de la sociedad guerrerense, con la firme idea de que el problema del analfabetismo no sólo incumbe al Gobierno, sino a la sociedad en general. Se diseñó una estrategia de atención inmediata y la captación de alfabetizadores y adultos, se estableció de manera constante. También, se restructuraron las coordinaciones regionales y se crearon nuevas.

El cambio de administración en los ayuntamientos permitió reactivar convenios de colaboración e instalar las Coordinaciones Municipales de Alfabetización, órganos que se encargarían de operar a nivel municipio el Programa; que a su vez, crearían los Comités Comunitarios de Alfabetización en cada una de las localidades. Éstos estarían integrados por personas reconocidas y de alto moral (comisario, maestro, médico, mayordomo, etc.)

La meta inmediata era que a finales de este año, se tendrían instaladas las coordinaciones municipales de alfabetización en los 81 municipios del estado, para que inmediatamente iniciaran a operar; y de manera paralela, graduar adultos que concluyeron exitosamente su proceso. La coordinación del Programa echó manos a organizaciones y programas sociales como Oportunidades; para que fueran vigilantes del proceso.

Si todo iba bien, ¿por qué “fracasó” Guerreros por la Alfabetización? El pasado 30 de Octubre, durante la inauguración de la primera radio comunitaria educativa, instalada en la comunidad de Nejapa, municipio de Chilapa; Ricardo Castillo Barrientos anunció que se separaba del cargo como coordinador, las razones: “por la alta burocracia en Finanzas del Estado y de colaboradores de Silvia Romero Suárez, que impiden el avance del Programa, ya que éste no debe ser burocrático”.

Las reacciones por parte del secretario de Finanzas, Jorge Salgado Leyva no se hicieron esperar, y en una carta publicada en El Sur (02/10/12), se deslindó de las acusaciones. Mientras que los medios de comunicación circularon rápidamente la noticia: “fracasó Guerreros por la Alfabetización”.

Las razones que han manejado los medios es que el Programa no dado resultados, a pesar de las inversiones que se han hecho; pero lo que no saben, es que en estos meses, se han venido graduando exitosamente adultos en distintas partes del estado; y que además, se ha venido fortaleciendo sólidamente para evitar la simulación, principal enemigo histórico a vencer.

Desde luego que no se han anunciado cifras de adultos en atención o resultados de un cierto período, porque no se trata de emitir cifras alegres y que la realidad sea otra. Aquí lo que se trata es que primero se consolide el Programa en las colonias, barrios, comunidades y municipios; de que se convenza al adulto sobre la importancia de leer y escribir; y al alfabetizador de enseñar y compartir ideas y experiencias.

Guerreros por la Alfabetización no ha fracasado, porque a pesar de que Ricardo Castillo Barrientos haya renunciado, sigue operando con o sin recursos; porque alfabetizadores y adultos lo demandan; porque el compromiso del Gobernador es con ellos, los guerrerenses. Más allá de realizar críticas y señalamientos, habría que evaluar y analizar el avance de la alfabetización en el estado de 2000 a 2010 (diez años) y compararlo con los resultados de tan sólo año y medio de operación de este Programa. ¿Guerreros por la Alfabetización ha fracasado?