martes, 6 de marzo de 2012

El PRD: ¿un partido de izquierda?

Noé Ibáñez Martínez

La fundación del PRD el 5 de mayo de 1989, generó grandes expectativas como partido de oposición al régimen priísta. Fundado por ex priístas, comunistas, socialistas, ex guerrilleros, luchadores sociales y demás personajes que se dicen llamar de izquierda; en su primeros años, el partido jugó un papel muy importante que permitía concebir grandes cambios de carácter democrático en el país. Sin embargo, después de las elecciones de 1994, el oportunismo, la corrupción y la política clientelar; se adueñaron de él.

En el interior del partido, empezó a resentirse la dispersión, la falta de rumbo claro, sobrevino un aflojamiento de la energía revolucionaria, la iniciativa política vino a menos y, lo peor, cobraron fuerza, ignominiosa a veces, los pleitos internos en el PRD a causa del sabor de los frutos conseguidos vía elecciones populares, vía elecciones internas y vía cuotas de poder.

Actualmente, de la izquierda histórica (PCM, PSUM, PMS) no queda nada. La lucha revolucionaria y democrática fue sustituida por las viejas prácticas del PRI, a tal punto que lo único que distingue el uno del otro, es el color. Los miembros del PRD dicen ser de izquierda de dientes para afuera, pero en la práctica, la realidad es muy distinta (o más bien, muy similar a las del PRI o PAN).

 “El espíritu electoralista, intereses personales y de grupo, vacío de identidad ideológica, son rasgos dominantes en la vida actual del PRD”, así lo definió el extinto comunista Othón Salazar, cuando hace más de una década atrás, renunció al partido por las mismas causas. Argumentaba que: “el PRD no se compromete con una política anticapitalista, como tampoco el PRI; el PRD lo ofrece todo a cambio de conseguir votos. Lo increíble, lo que es público además, es que también en el PRD se compran votos; se compran con dinero, y me pareció que esas formas de hacer política no tenía por qué compartirlas ni directa ni indirectamente. Me pareció que el PRD poco a poco iba siendo el PRI vestido de amarillo”.

Lamentablemente, bien lo podemos constatar en la elección interna de candidatos para puestos populares en las próximas elecciones; los mismos métodos emplean el PRI y el PRD (dedazos, palomeados y encuestas cuestionadas). ¿Dónde quedó la izquierda revolucionaria comprometida con las causas de los pueblos? ¿Dónde quedaron los líderes de izquierda con un principio teórico e ideológico profundo congruentes con sus palabras y sus acciones?

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